Separación: ¿Te estás enfrentando a ella con hijos pequeños?
Quedarse sin el NIDO.
Separación.
Hiciste tu bolso con lo mínimo, cerraste la puerta, dejaste tu casa y te fuiste con pena, rabia, frustración, etc. Si bien sientes alivio, el dejar a tus hijos en la separación te desgarró el alma.
Estás abrumado por los temores, la incertidumbre y la tristeza, lo que te genera mucha angustia y te impide pensar.
La angustia por la incertidumbre
Los primeros días o semanas estás confundido, angustiado y asustado por todo lo que se viene emocionalmente y económicamente. Te preguntas cómo lo vas hacer para responder a todas las exigencias. ¿Cómo te vas a relacionar con tus pequeños?
¿Cómo será la relación con la madre de tus hijos, el día a día? ¿Qué días los verás? ¿Cuántas veces por semana? ¿Podrás tener la tuición compartida?, etc.
La exigencia económica
Este es un ítem que te genera mucha angustia, ya que no quieres que tus hijos cambien su estilo de vida, el colegio, el barrio, los lugares que frecuentan, etc., ya que son parte de su vida.
Sin embargo, puede que tus números no den y te sumerges en un mundo de preocupación, tensión y exigencia ya que sientes que si no respondes quedas en falta, que no te la puedes y que no eres suficiente.
Todo esto va a depender de tu situación económica y también la actitud de la mamá de tus niños.
También estás ambivalente ya que sientes alivio porque tu relación de pareja te estaba enfermando y a tu pareja también. Ahora sientes que vas a tener tu espacio donde refugiarte y sentir paz.
El duelo; La pérdida del Nido
Te instalaste en un departamento y al llegar a tu casa, sientes esa paz que te describí, sin embargo, el sentimiento de pérdida se hace presente con la ausencia de esas vocecitas que escuchabas todas las noches y en las mañanas.
Te quedaste sin en el nido y la nostalgia genera un sentimiento de pérdida feroz. Estás viviendo no solo una separación, sino también un duelo, ya que te quedaste sin tu hogar y por momentos te sientes MUY solo.
Los duelos son “acumulativos”; es decir, cuando vives una pérdida importante reaparecen las vivencias de otras pérdidas y si éstas no se han resuelto el duelo se puede transformar en depresión. Experimentas una fuerte melancolía y por momentos te sientes muy vulnerable.
Puede que empieces a salir con amigos, llenarte de actividades, “carretes”, asados y juntas para aplacar los sentimientos de vacío que te embargan cuando estás en tu casa solo, sobre todo los fines de semanas que no estás con tus hijos.
Extrañas tu hogar y sientes nostalgia especialmente cuando vas a buscarlos o dejarlos a dónde fue tu casa y te sumerges en actividades para evitar sentir todo esto. En momentos como éste tienes que tener mucho cuidado con entrar en relaciones superficiales y caer como el dicho dice “del sartén a las brasas”
La separación y su implicancia emocional en la paternidad.
El miedo a ser un padre ausente:
Temes perder conexión con tus hijos en la separación, lo cuál es así porque ya no compartirán el día a día, más aún todo va a depender de la relación con la mamá de tus pequeños.
Si terminaste mal, la angustia y la pena se intensifica, ya que comienzan los temas legales y el “tironeo” en relación a cuándo, cómo y cuánto podrás verlos. El no estar presente te llena de angustia y temor de cómo ellos van a enfrentar que tú NO estés.
Si tuviste un padre ausente la situación se te hace más difícil, no quieres repetir tú historia y sin darte cuenta los fantasma del pasado aparecen y te llenas de temores, angustia y puedes caer en conductas compensatorias que describiré más adelante,
El “malo de la película”:
Puede que tú estés viviendo el estigma del que “se fue”, el que “abandonó» y que “por culpa tuya» tuvieron que cambiarse de colegio y de barrio.
Quedar como el malo de la película es un temor constante que veo en mis pacientes hombres, ya que generalmente hay mayor empatía con la mujer y además los niños escuchan, repiten e internalizan lo que la mamá dice, ya que viven con ella y están muchos más conectados con lo que ella está experimentando.
Es importante que generes espacios donde puedas escucharlo y explicarle algunas cosas sin entrar en detalles complejos y obviamente evitar caer en descalificaciones hacia su mamá y menos mandarle recados a ella a través de ellos.
El que se sientan contenidos y entendidos por tí evitará que te vean como el “malo”.
Es importante que busques la forma de contenerte a tí mismo.
ya que en ocasiones como ésta,queramos o no, aparece el aspecto infantil que hay en tí y si tuviste carencias maternas o paternas lo puedes proyectar en tus hijos y creer que ellos sienten lo mismo que tú.
La historia de ellos no tiene por qué ser tu misma historia.
El desafío emocional y económico es muy fuerte para ti, por lo tanto tienes que buscar formas en estar lo mejor posible
El compartir personas que han vivido la misma experiencia de la separación, buscar apoyo en el colegio, en relación a que haya contención de tus hijos, pedirle a un amigo que te ayude organizar las finanzas,
Ten presente
Todo lo que te llevó a esto, no te fuiste de tu casa de un día para otro, las peleas, los gritos y la hostilidad que había entre tú y la mamá de tus hijos era insostenible, si es que así fue tu caso.
Recuerda cuántas veces NO querías llegar a tu casa para evitar los problemas, las quejas, los reclamos y como los fin de semanas se te hacían insoportable.
Ojo con caer en conductas compensatorias.
Para aplacar los sentimientos de culpas, puedes ponerte muy flexible con tus hijos, darles TODO lo que te piden, crearle un “mundo de fantasía” cuando estás con ellos donde le compras todo lo que te piden, no respetar horarios y no ponerles límites te va a jugar en contra y eso ya lo sabes.
Los sentimientos de culpa son normales en este período de separación y te pueden acompañar por años, más aún si sientes que podrías haber hecho más por la relación y ni hablar si te separaste porque “se fue el amor” y/o por otra mujer.
Ser buen papá
Implica cuánto estás involucrado con tus hijos y eso te hará sentir mucho que llenarlos de cosas para aliviar la angustia provocada por la culpa.
Métete en el chat de los apoderados ¡y léelos!, trata de estar al día con sus pruebas, actividades, tareas, etc
Si estás atento a cómo le fue a tu hijo en el trabajo que tenía de historia, si está estudiando para la prueba de tal fecha y cuando es el cumpleaños de su mejor amigo, te va a sentir cercano e involucrado.
Pide reunión con la profe de tus hijos para interiorizarte de lo que pasa en el Colegio con ellos, depende de la relación con la mamá de tus pequeños pueden ir juntos y ¡no te pierdas ninguna reunión de apoderado!
Si puedes, lleva a tus hijos al Psicólogo
Para que te asesore en cómo manejar esta situación en la separación, probablemente tu ex va a estar de acuerdo y lo más importante ¡ayúdate para estar lo mejor posible!
Si te quedas en la vivencia del padre que se fue, ausente y el malo de la película NO vas a poder aprovechar estas oportunidades de estar más involucrado en el quehacer de tus pequeños.
Padre Ausente v/s Abandonador
Es MUY diferente ser un Padre “ausente”, que no está presente en el día a día con sus hijos a un padre “abandonador”, muchos tienden a confundirse con esto.
El padre abandonador
Es un padre negligente, que se despreocupa de cosas que son esenciales de su hijo, que no acude cuando lo necesita, que no está cuando se enferma, que le da lo mismo dejarlo sin matrícula y no va hablar al Colegio para ver formas de resolver la situación, que se desliga de todo y solo cumple con transferir la pensión mes a mes, si es que lo hace.
Por último, las exigencias económicas y emocionales generan un GRAN desafío para el hombre que se separa teniendo hijos.
Si te has sentido identificado con lo que he descrito y sientes que estás abrumado, busca un especialista, para que te acompañe y ayude a sobrellevar esto.
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